Por las terroríficas y escalofriantes mazmorras del Castillo de Sant'Angelo pasaron sus últimas horas miles de víctimas inocentes de la Gran Inquisición. En vez de último desea a cada preso se le brindaba la oportunidad de recobrar la libertad. Eran encerrados en una celda misteriosa llena de misterios. Se dice que el único afortunado que logró escapar fue el escultor Benvenuto Cellini. Es vuestra oportunidad de demostrar que estáis a la altura de nuestro maestro joyero.
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