En 2014 el joven Carles Ruiz desapareció mientras hacía una travesía por el Pirineo. La policía cerró el caso al creer que fue una desaparición voluntaria ya que tenía muchas deudas. Los padres y su hermana nunca lo creyeron porque sabían que estaba esperando un hijo. Meses más tarde Anne Ruiz contrató a un periodista para que investigara. Casi a punto de tirar la toalla, Anne recibe una llamada en la que una mujer alemana le dice que su perro encontró el móvil de Carles y que ha podido encender el teléfono y su hijo, Marc Koller, le ha ayudado a sacar los contactos. Han llevado el móvil a la comisaría. Esperanzada porque se pudiera reabrir el caso, la policía le dice que el teléfono está vacío y que eso refuerza la teoría de la desaparición voluntaria. Marc Koller confiesa que antes de entregar el teléfono lo había clonado porque tenía unas fotografías muy extrañas. Ana se pone a investigar y desaparece 4 meses después, pero su móvil si aparece y el últmo mensaje es la palabra Pentargo.
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